Sumer. 3000 a. C. Enerech y su hermano pequeño Alad dominan la magia. Gracias a este don consiguen atravesar la puerta que los separa de los dioses y que éstos les concedan la inmortalidad. Pero mientras Alad la ve como un regalo del que no sabe cómo disfrutar, Enerech cree que es el medio para convertirse en rey de toda la humanidad. Sólo Alad se interpone en su camino y, a pesar del amor que siente por él, no duda en enviar a sus hombres a asesinarlo.
Seiscientos años después Enerech es sumo sacerdote de Uruk y gracias a sus conspiraciones está a punto de lograr convertirse en rey. Pero cuando su fiel servidor Gurunkach le explica cómo ha visto a dos perros pelear hasta la muerte y al más pequeño de ellos comerse al otro una vez muerto, empieza a sospechar que su hermano no desapareció del todo.