Una novela abiertamente perturbadora sobre lo que pasa cuando nadie dice nada.
Aviso de lectura
«Cuando llegué, dos hombres violaban a mi mujer.»
Supongo que todos estaremos de acuerdo en que una novela que empieza con esta frase está condenada a ser una birria comercial o a ser una obra maestra. Todo editor es en el fondo (la mayoría incluso en la superficie) un vendedor y como tal su palabra vale menos que un pepino (a 2,30 # el kg están ahora). Pues aun así les digo: esta novela no es una chapuza narrativa al uso que con la disculpa de contar lo dura que es la vida nos vende morbo y bajas pasiones enlatadas en ese envase tan noble que llaman literatura.
Esta novela es la historia, trágica, de cómo los secretos destruyen toda posibilidad de convivencia. Y por secreto no me refiero al número de pin o de la tarjeta de crédito o al sobre con la nómina que la empresa salvaguarda celosamente bajo el sello de Confidencial. No, hablamos de esos secretos que uno no quiere ni contarse a sí mismo y que sin embargo nos habitan por dentro con esa misma fuerza tozuda con que un perro rabioso se resiste a abandonar su presa. Ustedes ya saben de lo que hablo.
¿Qué si es una obra maestra? Pues no lo sé porque no sabría decir qué es exactamente una obra maestra, pero eso sí, mientras la leía, a veces me hacía pensar en El idiota de Dostoievski.
Críticas:
«Un libro que atrapa y va cerrando a medida que sucede, bien escrito, con buen ritmo -lo que no es poco y genera tanta atención- para leer en un fin de semana y dejarse llevar por el simple placer de unas nubes, la sensación de altura en un piso 25, algunos mareos, piletas con tiburones y un final bien poético que se va fundiendo con el mismo cielo.»
Diego Passamonte en el blog Sueños a Pila
«Merece la pena por lo desusado de su sinceridad. Sin personajes planos, sin mediocres y efectistas tramas, Era el cielo se centra en ahondar en nuestra naturaleza con una mirada inteligente y actual. No crean que eso es poca cosa.»
Sr. Molina en solodelibros.es
«Puede situarse en la heterodoxa tradición de la literatura punk argentina, al estilo de Osvaldo Lamborghini, Ricardo Strafacce y César Aira.»
Guillermo Macbeth en Goodreads