La novela traza una línea que separa al hombre del genio. El azar te regala el talento; la técnica y el estudio lo sacan a la luz. Lo que uno tiene dentro es lo que te hace pintor. Hay artistas que atesoran, dentro de sí, cuadros que nunca podrán enseñar a nadie al no tener la habilidad de sacarlos de su mente.
Pero... ¿y si la obra maestra ya existe y no coincide con la visión del genio creador? ¿Y si además ya cuelga en una catedral del arte?, ¿qué hacer entonces? Se impone una solución drástica: es preciso robar el cuadro. El genio, su hijo, un falsificador y un oportuno ladrón de arte pondrán lo mejor de sí para conseguirlo. ¿Todo vale por el arte? Los protagonistas han de responder a esta cuestión, dando pie a diversos escenarios donde se mezclan el humor, la crítica al mundo del arte, las dudas generacionales y el debate permanente entre la lógica del deber y los lazos afectivos.
El lienzo, la tercera novela del autor, es una muestra de agudeza narrativa y madurez estilística. Una brillante obra, perfecta en su concepción y ejecución. Un mundo rico y personal donde son retratados los personajes con certera y lúcida humanidad.