En el otoño de 1502, Leonardo da Vinci, Nicolás Maquiavelo y César Borgia viajaron juntos por las montañas, los pueblos remotos y las ciudades de la Romagna italiana participando en la campaña militar más incierta de la época. El artista, el filósofo y el guerrero es una descripción vívida y fascinante de una época de enorme importancia y considerable peligro, no sólo por los propios protagonistas sino por el país que estaban ayudando a construir.
Borgia se ha convertido en sinónimo de actos brutales e inhumanos, con la sospecha añadida de incesto con su conocida hermana Lucrecia, descrito como un salvaje cuyos ojos estaban fijos en la recompensa de su propio reino -una región en la que no tendría rival. No obstante, era un salvaje culto y un estratega inigualable, que se basaba en la sorpresa y la paciencia.
Leonardo sigue siendo el modelo del hombre de Renacimiento. Sus pinturas y dibujos se cuentan entre los más admirables mientras sus misteriosos cuadernos abordan el futuro. ¿Qué condujo a este maestro visionario a trabajar para el monstruoso Borgia? ¿Qué le atrajo de Maquiavelo?
Intelectual agudo y subversivo, Maquiavelo adquiriría fama como autor de El príncipe, obra cumbre del arte de la política, culminación de una larga carrera política que llegó a su apogeo durante sus relaciones con Borgia y Leonardo en la Romagna.
Los legados de estos tres hombres ayudan a modelar la edad moderna. Cada una de estas vidas se despliega a la vez que el Renacimiento italiano -en toda su belleza artística, su complejidad política y su brutalidad marcial.