Reunidos en Londinium, los señores de Inglaterra intentan descubrir quién de entre todos ellos podrá convertirse en Supremo Monarca. Quince años después de que fuera colocada aquella espada en la piedra, Arturo se acerca temeroso al acero. Mira a Merlín, quien asiente en silencio. Arturo cierra los ojos y nota con qué naturalidad su mano encaja en la empuñadura tallada en forma de águila. Tira de ella. Se escucha el roce del acero deslizándose sobre la piedra y la exclamación de sorpresa de la multitud cuando alza la enorme espada y la esgrime en el aire para que todos puedan verla...