El París de Kiki recrea la experiencia de participar en lo que Marcel Duchamp definió como «la primera colonia de artistas verdaderamente internacional que jamás tuvimos». Esta zona de uno cuatrocientos metros en la orilla izquierda del Sena, alrededor de la intersección de los bulevares de Montparnasse y Raspail, no ofrecía ninguna de las tradicionales atracciones turísticas de París. Lo que atrajo a toda una generación de pintores, escultores, escritores y buscadores de placer a las terrazas de los cafés de Montparnasse fue la promesa de libertad y plena realización personal.
En el centro de la vida de Montparnasse estaba Kiki. Según palabras de Ernest Hemingway : «Era maravillosa de ver. Siendo su rostro naturalmente bonito, ella lo había convertido en una obra de arte. Tenía un cuerpo prodigiosamente hermoso y una voz agradable, . . . y por cierto, ella dominó esa era de Montparnasse más de lo que la reina Victoria jamás dominó la era victoriana» Kiki fue, sin lugar a dudas, la reina de ese barrio de artistas, sueño y destino de millones de personas en los años veinte, y ha llegado a simbolizar todo lo que ofrecía Montparnasse.
Originariamente una colina, Mont Parnasse, desde la cual los alumnos de la Sorbona declamaban sus poemas, en el siglo XIX Montparnasse atrajo a los pintores académicos y a sus discípulos, y de 1900 a 1930 fue el centro de la vida artística del mundo entero. Los pintores, escultores, escritores y compositores que allí vivieron 02014;entre otros muchos, Apollinaire, Léger, Miró, Cocteau, Joyce, Modigliani, Brancusi, Pound, Satie, Calder, Duchamp, Matisse, Hemingway, Mondrian, Man Ray, Pascin, Picasso, Soutine, Stravinsky, Stein02014; son los creadores de la cultura moderna tal como la conocemos.
Para su libro El París de Kiki, los autores seleccionaron entre miles de fotografías de la época, y entrevistaron a los artistas y modelos que vivieron en Montparnasse en los años veinte. Muchas de las fotografías que aparecen en el libro fueron tomadas por conocidos artistas, entre ellos Man Ray, Berenice Abbott, André Kertész y Jean Cocteau ; otras aparecen publicadas por primera vez o no se han visto desde aquella década.
El texto es conciso y revelador, cuidando en especial la precisión y la fidelidad a los hechos. El París de Kiki es una importante contribución a la historia social y artística del periodo. Su singular combinación de fotografías y texto nos muestra la realidad y el sabor del mayor experimento de libertad en nuestro siglo.