La pasada primavera, el gran escritor brasileño João Ubaldo Ribeiro, autor de esas dos novelas ya clásicas de la literatura universal, Sargento Getúlio (1981) y ¡Viva el pueblo brasileño! (1984), de próxima publicación en Tusquets Editores, nos sorprendió con La casa de los budas dichosos (La sonrisa vertical 113), una novela en la que narraba las tórridas confesiones sexuales de una vieja dama más bien muy digna. En ella, Ribeiro, cuyas obras han sido traducidas a dieciséis idiomas, que es miembro de la Academia Brasileña de las Letras y está acostumbrado a que sus libros se vendan por centenares de miles en su país, se revelaba además como un consumado maestro de la literatura erótica.
La isla del Pavo Real es uno de esos lugares imaginarios en los que tal vez todo lector ha soñado morar alguna vez. Situada ante la costa brasileña, en esta nueva isla desconocida, que favorece la mezcla de razas y goza de su lujuriante vegetación, se está llevando a cabo una especie de extraño y utópico experimento libertario dirigido por el Capitán Caballo, cuyo hijo, Pedro Feitosa Caballo, está enamorado de la negra Crecencia. El sensual idilio que ambos disfrutan tiene como protector un misterioso pavo real que, para apartar a los extraños, extiende sus plumas en las noches de luna nueva; y, como telón de fondo, una hilarante lucha por el poder entre blancos, negros e indios, a la que no es ajena un misterioso hechizo que parece desafiar las leyes del tiempo, en un siglo, el XVIII, en que Brasil, todavía dominado por Portugal, padece el poder aterrador de la Inquisición y los maleficios se vuelven aún más poderosos.