La edad ingrata (The Awkward Age, 1899), hasta ahora inédita en castellano, es una de las grandes novelas de la madurez de Henry James. En palabras del propio autor, la semilla de esta obra «brotó de este vasto criadero de insinuaciones penetrantes e imágenes concretas que se denominan, en aras de la brevedad, Londres» y aludía a «la tribulación surgida en ciertas mansiones amistosas y para ciertas madres prósperas ante el a veces temido, a menudo demorado, pero nunca plenamente impedido acceso a primera línea de alguna borrosa hija llegada a la edad de merecer... Fácilmente podía concebirse como un drama el "poder sentarse en el salón", a partir de una fecha determinada, de una inmisericorde joven virginal anteriormente confinada en el piso superior.
Semejante drama, y la consecuencia del mismo en los personajes más directamente involucrados, debe ser reconocido valerosamente como la primigenia fuerza motriz de La edad ingrata».
Una vez más, la sutileza analítica de James y sus extraordinarias condiciones de escritor nos deparan, sobre este aparentemente liviano cañamazo inicial, la cabal plenitud de una obra maestra.