«Me gustó aquel sitio por su excelente café, el agua pura, las tazas y los vasos limpios, la dulzura de Qaránfula, la grave dignidad de los ancianos, la vitalidad de los jóvenes y la belleza de la chica.»
Así describe el narrador (acaso el mismo autor) el ambiente y los personajes que frecuentan el Café Karnak, cálido punto de unión entre el pasado y el presente.
Cuandno sin previo aviso tres jóvenes dejan de acudir al café, Qaránfula, su dueña, una bella mujer madura que fue bailarina, empieza a investigar. Descubrirá sus historias entrelazadas y la cara más dura de la revolución.
Esta novela, situada en el Egipto de los años 70, nos traslada con sensibilidad al corazón de un cambio histórico y sus dolorosas contradicciones.