Después de la publicación de El color del verano, Celestino antes del alba y El palacio de las blanquísimas mofetas (Andanzas 357, 395 y 428), le llega el turno a Otra vez el mar, cuarto título de la «pentagonía» de Reinaldo Arenas, esa exaltación de la libertad y el triunfo de la escritura por encima de toda suerte de represión, que presentamos a nuestros lectores siguiendo la revisión hecha por el propio autor sobre el texto publicado en 1982.
Dividida en dos partes, Otra vez el mar tiene como protagonista a un joven matrimonio que consigue un permiso para pasar unos días en un lugar de veraneo. La narración transita mediante dos voces. La primera es la de una mujer anónima, temerosa de perder a su marido, Héctor, frustrada por la carga de la maternidad e incapaz de soportar la sociedad cubana bajo el sistema comunista. Sus pensamientos, entrelazados con lo cotidiano, revelan su tormento y el doloroso amor que siente por su marido, de quien sospecha que le es infiel, sobre todo cuando un hermoso y taciturno adolescente se instala con su locuaz madre en el apartamento contiguo. En la segunda parte es la voz de Héctor, poeta y revolucionario desencantado, la que de una forma alegórica nos habla de la vida cubana y de sí mismo. Arenas expresa así las frustraciones y la añoranza de la libertad de esos dos seres y, página a página, ilumina al lector en el laberinto de insatisfacciones y anhelos de la pareja.