El paso de los años nos permite ver la obra poética de Eloy Sánchez Rosillo como una de las más interesantes y significativas de la poesía española de nuestro tiempo. Su autenticidad e intensidad la han hecho sobrevivir limpiamente a las efímeras modas y a muchas de las pretendidas novedades de las tres últimas décadas. Así lo atestigua el firme prestigio que el poeta ha alcanzado entre los más exigentes críticos y los lectores más atentos, y el crédito que a su obra se le concede en las antologías más autorizadas e influyentes.
Sánchez Rosillo fue uno de los primeros poetas de su generación en desechar los excesos culturalistas de la poesía que se escribía en España cuando él comenzó a publicar, a finales de los años setenta del pasado siglo. Y uno de los primeros también en alejar del verso el hermetismo y la oscuridad que le habían impuesto las tardías neovanguardias. Su lenguaje poético se caracteriza por la claridad 02014;una diafanidad que muy a menudo alcanza la transparencia02014; y por la desnudez. A lo largo de la lectura de sus libros asistimos a un incesante y natural proceso de despojamiento que no deja sin embargo desprovistas de sensualidad y plasticidad las palabras del poeta. Tampoco la más viva emoción está nunca ausente de sus poemas, que conmueven al lector con su elegíaca consideración de la temporalidad y con su luminosa celebración de la vida.