Francisco Nieva nos sorprende con dos nuevas obras inéditas que se engarzan perfectamente en la línea de su teatro y que permiten comprender que su capacidad de producción dramática sigue viva.
En ¡Viva el estupor! los personajes inician su aventura a través de un viaje en barco, un viaje que supone una inmersión en un mundo desconocido donde lo inexorable del destino dirigirá los pasos de los protagonistas. El barco no es sólo un medio de transporte, sino el símbolo de un proceso, de un cambio que va desde una realidad hacia un sueño. En Los mismos la imaginación de Nieva, siempre sorprendente, nos presenta un juego mágico entre la inmortalidad y el entorno decadente de tres personajes que ofrecen al joven héroe el mundo de la trasgresión y el placer a través de un sueño irreal. Con una maestría maravillosa, Nieva va desgranando todo un mundo de esnobs, de galanteo, de perfumes exóticos, de películas... como si del mejor Visconti se tratase.
Afirmar que Francisco Nieva (Valdepeñas, Ciudad Real, 1924) se ha convertido en uno de los autores clásicos del teatro español es algo que la propia dinámica del teatro actual viene demostrando día a día. La primera obra que le dio a conocer de una forma definitiva en los escenarios fue La carroza de plomo candente, en 1976, una de las creaciones que abrió el camino de la innovación dramática en el inicio de la transición política española. Desde entonces, la obra de Nieva ha ido jalonando de éxitos y aciertos el panorama teatral español.También ha publicado las novelas El viaje a Pantaélica y Oceánida. Miembro de la Real Academia, en 1992 recibió el premio Príncipe de Asturias de las letras y también el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de teatro por su obra Manuscrito encontrado en Zaragoza.