Cuando en los años veinte Howard Carter descubre la tumba de Tutankamon, el más asombroso hallazgo de la historia de la arqueología, el egiptólogo Ralph Trilipush se juega su reputación profesional y la fortuna de su prometida en su obsesión por encontrar el enterramiento de un faraón apócrifo basándose en un jeroglífico pornográfico. Mientras, un implacable detective australiano llamado Harold Ferrell, se enfrenta al caso de su carrera recorriendo el globo en busca de un asesino. Y de otro. Y probablemente de otro más. Esta inquietante, divertida y laberíntica novela se inicia en las llanuras del desierto egipcio en 1922 y serpentea por los tugurios de Australia o los salones de baile de Boston, pasando por Oxford, los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial y una turbulenta corte real. Y su mejor baza es que las dos tramas principales, aparentemente inconexas y rebosantes de intriga, confluyen en un final explosivo tan inevitable como sorprendente.