El misionero Chema Caballero y su lucha por recuperar para la "vida normal" a los niños guerrilleros de Sierra Leona.
Sierra Leona, el país más pobre de la tierra, vive inmerso en una guerra civil que dura casi una década. Su trágica peculiaridad es el secuestro masivo de niños por los distintos grupos armados enfrentados. Chema Caballero, un joven misionero javeriano que ha vivido en el Bronx de Nueva York, regresa a Sierra Leona en abril de 1999 con una clara misión: dirigir un programa de acogida, rehabilitación y reinserción de niños y niñas soldados y guerrilleros. Los soldados infantiles han matado, violado y amputado manos y brazos. Han sido utilizados como escudos humanos antes de ser entrenados como auténticos soldados. Muchos han realizado labores de espionaje para informar sobre los movimientos de las tropas progubernamentales y localizar arsenales o reservas de alimentos. Casi todas las niñas secuestradas han sido utilizadas como esclavas sexuales por los oficiales y comandantes guerrilleros.
Unos tres mil niños soldados se benefician de este ambicioso programa de rehabilitación cuyo principal centro está situado en un antiguo y lujoso hotel de una playa cercana a la capital. La clave del éxito radica en la personalidad de Chema Caballero y en un sencillo método de trabajo: «Si les duele la cabeza pueden pedir una aspirina. Si necesitan hablar y contar, tienen la seguridad de que se les escuchará».
Este impresionante documento presenta las historias de algunos de esos niños contadas por ellos mismos y arroja luz sobre uno de los conflictos más crueles de África, mostrando con claridad y rigor periodístico cómo la generosidad y la dedicación de un hombre entregado a los demás puede, pese a las dificultades, alzar la voz contra la guerra abriendo la puerta de la esperanza para miles de víctimas.