Antonio María Rouco Varela, Cardenal Arzobispo de Madrid, rechaza categóricamente el nacionalismo cerrado; el que se asienta sobre el odio o la confrontación hacia su entorno. Y extiende ese rechazo a todos los nacionalismos exacerbados. En esta obra, revela con detalle como la Iglesia ha sido siempre una parte fundamental del ser y la evolución de la nación española. Estamos, ante la manifestación de parte del pensamiento de un intelectual riguroso, que profundiza en las ideas y es capaz de explicárnoslas en lenguaje inteligible.
Y estamos también ante un Obispo que, en los tiempos presentes de hedonismo e indiferencia predica el esfuerzo en pos del ideal, llamándonos a la exigencia y a salir de la comodidad; que, ante el relativismo predominante, tiene convicciones y las comunica, con optimismo, desde la paz interior; que, rompiendo la inercia de mediocridad instalada en nuestro entorno, constituye equipos de magníficos colaboradores; que , en estas décadas de confort, convoca y reúne jóvenes dispuestos con alegría al sacrificio. El libro merece la pena, por la materia que aborda, por lo que en él se dice y por quien lo dice.