Once relatos costumbristas que tienen como nexo común el barrio de la Malá Strana, sus calles silenciosas y frías, las casas de vecinos, donde conviven multitud de personajes que sufren, ríen, se hacen ricos, aman... Tipos con los que el autor traza un original retrato de la Europa del siglo XIX, del que él mismo se muestra como espectador de lujo (Malá Strana fue el barrio donde transcurrió su infancia y adolescencia), y recurre a sus recuerdos para contar historias cargadas de encanto y poesía.